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Era una mañana de domingo de principios de febrero en Madrid y la Ministra de Igualdad española estaba en pie de guerra. Irene Montero, que había renunciado a la vestimenta de negocios para la ocasión, se levantó del escenario de un centro cultural local sobre unos pies calzados con zapatillas de deporte y, agarrando el micrófono como si quisiera estrangularlo, se dirigió a sus partidarios. Una reforma clave sobre violencia sexual que su ministerio había encabezado estaba siendo atacada, y la reunión pretendía reunir a las tropas de Unidos Podemos, el partido político progresista que ella ayuda a liderar y que, junto con el Partido Socialista, ha formado el gobierno de coalición de España desde enero de 2020. “Esta ley es algo más que una ley”, dijo. “Es un proceso de democratización de la sociedad. No es la ley del ministerio, ni del gobierno, ni del parlamento. Es la ley de las mujeres de este país”.
España se encuentra en un punto de inflexión en materia de género. Desde que Montero se convirtió en ministra en 2020, una nación que no hace 50 años exigía a las mujeres obtener el permiso de su padre o marido para poder trabajar se ha consolidado entre los países más feministas de Europa. Su ministerio ha tomado medidas para combatir los crecientes índices de violencia doméstica, y ha introducido leyes que amplían los derechos del colectivo LGBTQ, protegen la salud reproductiva -incluida la garantía del permiso menstrual- y hacen del consentimiento el factor determinante en los casos de agresión sexual. En diciembre también aprobó la llamada Ley Trans, que permite a las personas declarar su propio género, en lugar de exigir un diagnóstico de disforia. Más información: El sexo sin consentimiento es violación. El hecho de que Suecia lo reconozca significa que menos mujeres tendrán que decir #MeToo.
Cameron Diaz también se puso la máscara
La ministra de Igualdad se ha pronunciado sobre una de las polémicas de los últimos días: la de Rosalía y sus fotos de falso desnudo, que fueron difundidas por el rapero sevillano JC Reyes sin su consentimiento. Como era de esperar, el revolucionario flamenco puso el grito en el cielo.
Este miércoles, compartió un importante alegato en otra publicación: “El cuerpo de una mujer es propiedad pública, no es mercancía para tu estrategia de marketing. Esas fotos fueron editadas y creaste una falsa narrativa alrededor cuando ni siquiera te conocía”.
El cuerpo de una mujer no es propiedad pública, no es mercancía para tu estrategia de marketing. Esas fotos fueron editadas y creaste una falsa narrativa alrededor cuando ni siquiera te conozco. Hay algo que se llama consentimiento y todos los que lo encontraron gracioso o plausible espero que…
Y añadió: “Hay algo que se llama consentimiento y todos los que lo encontrasteis gracioso o plausible espero sinceramente que algún día aprendáis que venís de una mujer, que las mujeres somos sagradas y que debemos ser respetadas. Adiós”. Irene Montero Se topó con este tuit del artista catalán y se rindió a sus pies: “Dilo reina”.
Coachella Lineup | Músicos LGBT | #music
Bloqueadores hormonalesEn la actualidad, un menor puede tomar bloqueadores hormonales cuando alcanza la pubertad, pero esto suele llevar años y debe contar con el consentimiento paterno.La nueva ley permitirá a las personas utilizar los vestuarios deportivos según el género que hayan elegido. Se prohibirán las pruebas de verificación del sexo. Del mismo modo, los presos podrán elegir la cárcel según el sexo que hayan elegido. Los extranjeros residentes en España también podrán cambiar su sexo en los documentos oficiales.Se introducirán incentivos para que las empresas contraten a personas trans, que a menudo tienen dificultades para encontrar trabajo.Una persona sostiene un cartel en el que se lee “Ley de transexualidad, ¡ya!” durante una manifestación por los derechos de las personas transgénero en Madrid (Foto: Reuters)Se impondrán duras multas de hasta 150.000 euros a quienes sean condenados por intentar llevar a cabo terapias de conversión LGBT. La ley, impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero, figura destacada del partido Unidos Podemos, socio menor de la coalición, ha sido bien acogida por los colectivos trans, pero ha dividido a los grupos de mujeres y al Gobierno.
Los vídeos no disponibles se ocultan
por Mara Ricoy Olariaga “Las feministas están divididas”, oigo en las noticias españolas que se vierten mientras viajo por Escocia intentando llegar a la manifestación que se celebraba en Madrid el 8 de marzo. “El feminismo se divide en dos manifestaciones un año más”. Para mi regocijo, el presentador afirma incluso que le entristece la división feminista. Pongo los ojos en blanco mientras subo al tren. Las manifestaciones del 8 de marzo en España han aumentado, al menos en los últimos diez años, en importancia y tamaño, pero en los últimos años esta idea de la división del feminismo se ha hecho más persistente. Y este año es la segunda vez que hay dos manifestaciones en Madrid con dos recorridos diferentes.
La manifestación convocada por Movimiento Feminista de Madrid, que es a la que yo asisto, no dejaba lugar a dudas en su nota de prensa sobre nuestra posición: “Las organizaciones que integran el Movimiento Feminista de Madrid (MFM) señalan que su convocatoria se distancia de quienes usurpan el nombre del feminismo para ejecutar políticas neoliberales contrarias a los derechos de las mujeres, y del Día Internacional de la Mujer como elemento de propaganda tendenciosa de sus partidos.” Así que… llamémosle la “oficial” (ya que fue a la que asistió la ministra de Igualdad, Irene Montero) la convirtieron en un acto festivo al que se sumaron todo tipo de causas, incluyendo la igualdad con los animales, los “derechos trans”, causas medioambientales e incluso la promoción de lo que llaman “trabajo sexual”. Mientras tanto, nuestra manifestación defendía claramente la agenda feminista, en contra de todas las formas de explotación de las mujeres, incluyendo la prostitución y la gestación subrogada, obviamente de forma más destacada. También manifestamos nuestra oposición contra la opresión de la mujer a través de dogmas religiosos y contra las leyes de autoidentificación.