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Resumen: El 26 de septiembre de 2022 entrarán en vigor nuevas directrices sobre el enmascaramiento en todo el campus. Esta guía incluye una nueva política sobre el enmascaramiento en las aulas y espacios de instrucción. A partir del 26 de septiembre de 2022, el enmascaramiento en aulas y espacios de instrucción ya no será obligatorio. No obstante, cualquier responsable de una reunión o sección de clase podrá exigir el enmascaramiento como condición para participar.
Como se enteró por el mensaje enviado hoy por Stephanie Spangler, una nueva política de enmascaramiento en todo el campus entrará en vigor el 26 de septiembre de 2022.Esta política incluye la siguiente nueva orientación sobre el enmascaramiento en las aulas:
Hasta el 26, las máscaras seguirán siendo necesarias en las aulas y espacios de instrucción. A partir del 26, cualquier instructor, convocante o líder de una clase, sección o reunión podrá exigir el enmascaramiento como condición para participar. Si opta por exigir el enmascaramiento en su curso, podrá hacer cumplir este requisito pidiendo a cualquier alumno que no lleve mascarilla que abandone el aula. La universidad seguirá poniendo mascarillas de alta calidad a disposición de los estudiantes, profesores y personal que las necesiten.
¿Afectan las máscaras a la comprensión verbal en el aula?
Eso se debe en parte a que el distanciamiento social no es una estrategia de mitigación suficiente. ¿Has olido alguna vez comida quemándose en una cocina o humo de cigarrillo en restaurantes antes de que se prohibiera fumar en espacios cerrados? La distancia no significa automáticamente que las partículas del aire no te alcancen, dicen los investigadores.
Ahora que los estudiantes vuelven al colegio, Ault y Pratt, ambos profesores asociados del Departamento de Química de la UM, dan consejos sobre cómo los profesores pueden mantener sus aulas más seguras para ellos y sus alumnos. ¿La clave, dicen? Mascarillas, ventanas abiertas y filtros HEPA, incluido un filtro de aire casero hecho con filtros de horno pegados alrededor de un ventilador de caja.
Se puede pensar en la transmisión de aerosoles como el humo de los cigarrillos, que tiene un tamaño similar al aerosol exhalado. El humo viaja por las habitaciones y se acumula en espacios mal ventilados. Cuando antes se permitía fumar en restaurantes y bares, daba igual que estuvieras a una mesa de distancia o al otro lado del restaurante, todo el mundo respiraba el humo.
Las aulas son como cualquier otro espacio interior. Si hay niños o adultos infectados en el aula, exhalarán aerosoles con el coronavirus, y estos aerosoles quedarán suspendidos en el aire, como el humo. Lo mejor que se puede hacer para evitar que otros respiren esos aerosoles del virus es llevar mascarillas y mejorar la ventilación mediante filtración y abriendo ventanas.
Los alumnos vuelven a las aulas sin mascarillas por primera vez en meses
Las máscaras faciales suponen un doble reto para las interacciones vocales. En primer lugar, las máscaras faciales pueden degradar la señal auditiva, especialmente en el caso de los sonidos del habla de alta frecuencia, lo que puede dificultar la percepción posterior de dichos sonidos (Corey et al., 2020; Goldin et al., 2020; Vos et al., 2021). Las dificultades en la percepción del habla pueden verse agravadas por la ausencia de señales faciales del hablante, que normalmente sirven para mejorar la percepción del habla cuando la señal auditiva está degradada (Erber, 1969; Lalonde y Holt, 2015). En conjunto, estas dificultades pueden afectar tanto a la capacidad del hablante para transmitir eficazmente el habla al oyente como a la capacidad del oyente para comprender el habla del hablante. En el contexto de las interacciones entre los cuidadores y los niños, estas dificultades pueden afectar tanto a la capacidad del cuidador para proporcionar retroalimentación de respuesta a las vocalizaciones del niño, así como la capacidad del niño para aprender de la entrada de lenguaje del cuidador.
Los estudios que examinan los efectos de las máscaras faciales en la percepción del habla en adultos sugieren que los adultos son relativamente hábiles en la recuperación del lenguaje presentado a través de una máscara facial, como lo demuestran las diferencias no significativas en la percepción del habla durante la máscara opaca en relación con las condiciones sin máscara (Mendel et al., 2008; Atcherson et al., 2017; Magee et al., 2020; Cohn et al., 2021). La amplia gama de vocabularios de los adultos y el conocimiento general descendente del lenguaje pueden facilitar su capacidad para recuperar el lenguaje presentado en condiciones de escucha subóptimas. Sin embargo, para los niños que todavía están aprendiendo el lenguaje y son relativamente inexpertos, la recuperación del habla a través de una máscara facial puede suponer un reto más formidable.
Las mascarillas en el aula no son obligatorias, pero
Para averiguarlo, un equipo de investigación dirigido por los doctores Kanecia Zimmerman y Danny Benjamin, de la Universidad de Duke, estudió 61 distritos escolares de nueve estados. En total, los distritos contaban con más de 1,1 millones de alumnos, desde preescolar hasta duodécimo curso, y 157.000 empleados. El personal sanitario de las escuelas, en colaboración con los departamentos locales de salud pública, realizó un seguimiento de las infecciones y notificó cuáles se habían contraído en la comunidad y cuáles en las escuelas.
Los distritos proporcionaron datos desde finales de julio hasta mediados de diciembre de 2021. Seis de los distritos tenían políticas de enmascaramiento opcionales durante este período; nueve tenían enmascaramiento parcial (políticas que cambiaron durante el estudio o solo se aplicaron a ciertos niveles de grado); y 46 requerían enmascaramiento.
Los distritos escolares con enmascaramiento obligatorio tuvieron 7,3 casos de infección en la escuela por cada 100 casos adquiridos en la comunidad. Los distritos con enmascaramiento opcional tuvieron 26,4 casos de infección en la escuela por cada 100 casos adquiridos en la comunidad. Los resultados fueron similares cuando los investigadores ajustaron el tamaño de los distritos y las semanas de notificación de los datos.